martes, 10 de febrero de 2009

UNA PELÍCULA PARA RECORDAR: “LA STRADA”


Últimamente he estado dedicando parte de mi tiempo a conocer un poco más del cine italiano es así como me topé con esta entrañable película llamada “La Strada” dirigida por -uno de los íconos del cine italiano- Federico Fellini. Estrenada en 1954 y hecha en blanco y negro, el largometraje recibió alabanzas de la crítica e incluso se llevó el Oscar de la Academia Norteamericana a la “Mejor película extranjera”. Pues bien de nada serviría hablar de sus premios y su excelente elenco sin mencionar la razón que - a mi parecer- hace de esta película digna de reflexión y especial.
Protagonizada por Anthony Quinn y Giuletta Masina –esposa de Fellini-, “La Strada” (en castellano “La Calle”) nos cuenta la historia de Gelsomina (Masina), una joven de familia pobre que ha raíz del fallecimiento de su hermana es vendida por su madre para ser la esclava de un artista callejero llamado Zampano (Quinn).
La convivencia entre ambos no será fácil sobre todo por el carácter fuerte de Zampano para el cual no existen palabras de aprecio y cuyo trato a su nueva asistente está lleno de insultos y algunos golpes. Gelsomina posee un carácter especial, disfruta de las pequeñas cosas de la vida, habla lo necesario y lo demás lo expresa mediante graciosos gestos. Tal vez sea este modo risueño el que la haga soportar las pachotadas de su dueño que en sus narices la abandona una noche para irse de parranda con otra mujer, que minimiza sus pequeños logros y que nunca le responde a preguntas personales.
Parecen el agua y el aceite, pero allí está la magia de la historia, que podría haber sido maltratada y convertida en una historia cursi por algún inepto pero que terminó siendo –felizmente- todo lo contrario.
Tras una fallida fuga, Gelsomina llega con su dueño a un circo ambulante en donde conoce a “El loco”, un trapecista –enemigo de Zampano- que le hará ver las cosas de otra manera, especialmente allí surgen los grandes diálogos. Por ejemplo, en la escena donde ella le cuenta a su nuevo amigo sus intentos de fuga y lo inútil que se siente éste le responde de que “TODO EN ESTA VIDA TIENE UN PROPÓSITO” y si su jefe no la deja ir es porque en el fondo la necesita. “¿Has escuchado de esos perros que intentan hablar pero sólo ladran?” -le comenta a Gelsomina en alusión al rudo Zampano. A partir de esa amistad veremos un cambio en nuestra protagonista que se da cuenta que su propósito es tratar de cambiar a ese rudo y chúcaro fortachón. Es por ello que cuando detienen a Zampano y Gelsomina tiene la opción de abandonarlo e irse con la gente del circo, prefiere quedarse y esperar a su amo. Muchos dirán que es algo sí como “Más me pegas más te quiero”, y creo que está mucho más allá. Zampano va cambiando aunque no sea muy notorio, lastimosamente el asesinato que por casualidad él comete cambia radicalmente la relación entre ambos. Ella enloquece y él se ve forzado a abandonarla a su suerte. ¿Habrá existido amor entre ambos durante el período que pasaron juntos?, no lo sabremos sino hasta la magnífica escena final, en donde transcurrido cinco años del abandono, Zampano se entera que Gelsomina murió sin que nadie supiera de su identidad. Desconsolado se va al mar a llorar, en un llanto que nos transmite muchas sensaciones de lo que -detrás de todo- pasaba.



Y la vida sigue igual, al terminar de ver la película no dejé de pensar en la compleja relación de estos personajes, tal vez mis palabras no sirvan para expresar lo extraordinario de esta película, las actuaciones, la música (precioso tema), la dirección. Si hay un personaje que para mí se roba el show, es Gelsomina me enamoré de ella –sin afanes lésbicos OJO- desde la primera escena, sus gestos, la forma como camina, su rostro de payasito, la ternura con que pronuncia sus parlamentos y sobre todo su inocencia. Una inocencia que lejos de hacernos pensar que es una pobre cojuda por dejarse pisotear, nos causa simpatía. Gran actuación sin dudas.

Con escenas nostálgicas y cómicas, les sugiero “La Strada” como opción si quieren ver algo del cine italiano, Por supuesto que hay otras excelentes películas italianas dignas de ser recomendadas y de las que les hablaré mas adelante, ésta es mi favorita hasta el momento, la complicada relación entre Gelsomina y Zampano me hace compararla con muchas relaciones en la vida real.

Acá les va el trailer de la película

1 comentario:

Anónimo dijo...

El circo me recuerda a esos circos de pueblo joven que hay en todo el país, y esos personajes eran el reflejo de lo que quedó en la personalidad del italiano del sur post-guerra, post-duce, heridos de fábrica, extremos, sin ser caricaturas.

¿Lo mato ni casualidad? No me lo trago, Zampanó DETESTABA al trapecista (también el hombre abeja se le prendió desde el inicio), era de vesania, además le llegaba al chómpiras porque siempre andaba en medio; ni siquiera lo ayudó después de pegarle, ni cuando vio la sangre. Fue una parte demasiado hardcore por la conducta de Zampanó, aunque no muestre cosas tan "brutales" como en otras pelas, 20 puntos para Anthony Quinn.